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lunes, 28 de julio de 2025

YOGA DARSHANA por Swami Harshananda Puri - parte 2

Filosofía de los Yogasūtras:

Aunque los  Yogasūtras de Patañjali son principalmente una obra fuertemente orientada hacia el sādhana o práctica espiritual, es necesario un conocimiento básico de su trasfondo sāṅkhyan para comprenderlo.

Yogadarśana acepta tres realidades fundamentales: Īśvara, puruṣas y pradhāna o prakṛti.

Los Puruṣas son las almas individuales. Son cidrūpa o de la naturaleza de la conciencia y son infinitos en número.

La existencia de Īśvara, llamado 'Puruṣaviśeṣa' ('puruṣa especial o único') sólo puede conocerse a través de las escrituras. Él es sarvajña u omnisciente. Al no ser tocado por las cadenas de prakṛti, él es siempre libre. Él es el ādiguru, el maestro primitivo. Se le designa mediante praṇava u Oṁ. Es por su voluntad y de acuerdo con los karmas de los puruṣas que prakṛti, que comprende los tres guṇas sattva, rajas y tamas, evoluciona hacia este universo. Los evoluciones de prakṛti son mahat (intelecto cósmico), ahaṅkāra (el principio del ego), manas (mente cósmica), los tanmātras (elementos sutiles), etc., tal como en el sistema Sāṅkhyan.

El puruṣa o el alma individual, de alguna manera—debido a avidyā o nesciencia—olvida su verdadera naturaleza como conciencia pura, se involucra con las evoluciones de prakṛti y sufre todos los dolores del nacimiento, la muerte y la transmigración. Sin embargo, cuando realiza sādhanas (los aṣṭāṅgas o los ocho pasos del yoga), una vez más realiza su naturaleza esencial y se libera instantáneamente del saṁsāra, el ciclo de transmigración. Estar establecido en uno mismo, trascendiendo así el saṁsāra, se llama 'kaivalya'.

El Yoga como 'Cittavṛttinirodha':

Patañjali define el yoga como  cittavṛtti-nirodhaḥ (1.2). Cuando todos los vṛttis o modificaciones de citta o la mente son controlados y suprimidos (niruddha), se revela la verdadera naturaleza del puruṣa o el Ser. Citta es la materia mental que se denomina de diversas formas antaḥkaraṇa (el instrumento interno), manas (la mente) o buddhi (el intelecto). Las ondas de pensamientos, sentimientos y emociones que surgen en él debido al impacto de los objetos de los sentidos sobre él a través de los órganos de los sentidos como los ojos y los oídos, se llaman 'cittavṛttis'. Aunque estos cittavṛttis parecen ser innumerables, se pueden clasificar en cinco grupos: pramāṇa (medios de conocimiento correcto), viparyaya (falso conocimiento), vikalpa (imagen mental basada en escuchar una palabra), nidrā (sueño) y smṛti (memoria).

Pramāṇa es el medio del conocimiento correcto. Los pramāṇas son tres: pratyakṣa (percepción directa), anumāna (inferencia) y āgama (palabras de personas confiables y las Escrituras).

Viparyaya es un conocimiento falso como el de ver una serpiente atada a una cuerda en la penumbra.

Vikalpa es la imagen mental que surge al escuchar una palabra o palabras como “la cabeza de Rāhu” (Rāhu, el planeta maléfico tiene sólo la cabeza y ninguna otra parte del cuerpo).

Nidrā o sueño es esa condición mental donde sus modificaciones surgen de una preponderancia de tamas.

Smṛti es el recuerdo de experiencias anteriores.

Estos cittavṛttis, cuando producen kleśa o sufrimiento al puruṣa debido a avidyā (ignorancia), asmitā (egoísmo), etc., se denominan kliṣṭa. Cuando ayudan al puruṣa a liberarse de ellos, se vuelven 'akliṣṭa'.

Citta o la mente tiene cinco estados: kṣipta (impulsivo), mūḍha (embotado), vikṣipta (distraído), ekāgra (unicentrado) y niruddha (inhibido). El yoga no es posible en los primeros tres estados ya que la mente está dominada por rajas y tamas. Cuando predomina sattva, la mente puede alcanzar la concentración en un solo punto, lo que la lleva a samprajñāta-samādhi (estado de perfecta concentración donde hay una cognición clara del objeto). En el último, el estado niruddha, hay una supresión total de todas las modificaciones, lo que conduce a asamprajñāta-samādhi, donde no se conoce ningún objeto y el puruṣa permanece establecido en su estado intrínseco. Entonces se vuelve un mukta, un alma liberada, libre de todas las trabas de prakṛti.

arte de Pieter Weltevrede


Obstáculos para el Yoga:

Patañjali llama a los obstáculos del yoga 'antarāyas' ('lo que está en el medio') y los enumera en nueve (1.30): vyādhi (enfermedad), styāna (apatía), saṁśaya (duda), pramāda (descuido), ālasya ( pereza), avirati (falta de renunciación), bhrāntidarśana (concepto erróneo), alabdha-bhūmikatva (incapacidad para alcanzar estados yóguicos) y anavasthitatva (inestabilidad en el estado).

La enfermedad debe remediarse mediante tratamiento médico. La apatía debe superarse ejerciendo la fuerza de voluntad. La duda debe ser contrarrestada por la fe en las Escrituras y en el preceptor. La negligencia debe ser abolida mediante una vigilancia eterna. La pereza debe ser vencida con una actividad saludable. La falta de renunciación debe anularse mediante viveka (discriminación) y vairāgya (desapego). Los tres últimos obstáculos deben superarse siguiendo el consejo de un preceptor competente.

Patañjali menciona cinco obstáculos más al yoga (1.31), ya que también distraen la mente. Ellos son: duḥkha (dolor), daurmanasya (frustración), aṅgamejayatva (inquietud de los miembros del cuerpo), śvāsa y praśvāsa (inspiración o exhalación espasmódica). También es necesario contrarrestarlos con remedios adecuados.

Algunos Consejos Prácticos:

Patañjali da bastantes sugerencias que ayudan al aspirante a evitar los obstáculos del yoga y alcanzar una mayor concentración, lo que en última instancia conduce al samādhi o experiencia mística del yo. De ellos, vairāgya (el desapego o espíritu de renunciación) y abhyāsa (práctica constante) son lo primero (1.12). El primero ayuda a alejar la mente de los objetos de los sentidos, mientras que el segundo la conduce hacia el Ser o Dios.

Otras sugerencias dadas son: una actitud de amistad (maitrī) hacia aquellos que son felices (en lugar de sentir celos de ellos); compasión (karuṇā) hacia aquellos que sufren; controlar la energía prāṇica regulando la respiración; meditar en la luz en el centro del corazón; contemplando las mentes de grandes personas; recordar repetidamente sueños muy elevados si uno los hubiera tenido; y contemplar las formas de dioses y diosas o planetas como la luna o los centros psíquicos del propio cuerpo.

Todos estos métodos ayudan al aspirante espiritual a obtener tranquilidad y también un mayor control sobre ella.

Aṣṭāṅga u Ocho Pasos:

El puruṣa o el jīvātman (alma individual) está cautivo debido a su apego excesivo a su complejo cuerpo-mente, que es un producto de prakṛti. El objetivo del yoga es 'viyoga' (separar) al puruṣa de las garras de prakṛti. Esto ocurre por vivekakhyāti o el conocimiento de que prakṛti y puruṣa están esencialmente separados uno del otro (khyāti = conocimiento; viveka = discriminación).

Los  Yogasūtras prescriben una disciplina graduada que comprende ocho pasos, llamados 'aṣṭāṅgas' del yoga. Ellos son: yama (moderación), niyama (observancias), āsana (postura), prāṇāyāma (control de las corrientes vitales), pratyāhāra (estado de retraimiento), dhāraṇā (concentración), dhyāna (meditación) y samādhi (absorción total). De estos, los cinco primeros se consideran 'bahiraṅgas' (ayudas externas) y los tres últimos como 'antaraṅgas' (ayudas internas) para el yoga.

Ahiṁsā (no hacer daño), satya (verdad), asteya (no robar), brahmacarya (continencia) y aparigraha (no aceptar regalos) constituyen yama, el primer paso.

Niyama incluye śauca (limpieza), santoṣa (contentamiento), tapas (austeridad del cuerpo, palabra y mente), svādhyāya (estudio de libros sagrados y repetición de mantras como Oṁ) e Īśvarapraṇidhāna (devoción a Dios).

Los primeros contribuyen a la armonía social y los segundos a la pureza personal. Patañjali agrupa las tres disciplinas de tapas, svādhyāya e īśvarapraṇidhāna y las bautiza como 'Kriyāyoga'. Es eficaz como atajo al yoga.

Āsana es esa postura en la que uno puede sentarse de manera firme y cómoda para la práctica de yoga. Prāṇāyāma controla los aires vitales del cuerpo mediante la regulación de la respiración. Cuando los órganos de los sentidos se separan de los objetos de los sentidos, permanecen fusionados, por así decirlo, en la mente. Esto se llama pratyāhāra.

Las siguientes tres disciplinas (dhāraṇā, dhyāna y samādhi) son en realidad tres pasos continuos del mismo proceso. En dhāraṇā, la mente está fija en el objeto de concentración. Cuando esta concentración se vuelve ininterrumpida, como el aceite que se vierte de un recipiente a otro, eso es dhyāna. Cuando dhyāna madura hasta alcanzar un estado de total absorción en el objeto, hasta el punto de que el aspirante ni siquiera es consciente de su propia existencia, se llama samādhi. Samādhi también se puede alcanzar mediante īśvara-praṇidhāna o devoción a Dios (1.23).

Patañjali denomina estos tres pasos juntos como 'saṁyama'. Y este saṁyama debe centrarse siempre en el mismo objeto.

Yogasiddhis:

La creencia de que uno puede alcanzar poderes sobrenaturales mediante tapas y por la gracia de Dios es muy antigua. Patañjali describe bastantes de esos poderes en los capítulos segundo y tercero para generar fe en las mentes de los buscadores ordinarios de la verdad. Por ejemplo, declara que mientras estén en compañía de una persona que esté bien establecida en la virtud de ahiṁsā, incluso los animales enemigos entre sí (como un tigre y una vaca) vivirán en paz y armonía mutua. Las palabras de una persona arraigada en satya serán infalibles. Aquel que observa aparigraha de manera muy estricta puede obtener conocimiento de sus vidas pasadas y futuras ( vide 2.35, 36 y 39).

Saṁyama sobre diferentes objetos dotará al yogui de varios poderes ocultos. Por ejemplo, mediante saṁyama sobre los cinco elementos como pṛthvī (tierra) y ap (agua), el yogui puede obtener aṣṭasiddhis o los ocho poderes como aṇimā (poder de volverse atómico en tamaño), mahimā (poder de crecer hasta alcanzar cualquier tamaño grande). tamaño) y así sucesivamente (3.44, 45). Algunos de los otros poderes otorgados en la obra son: leer el pensamiento, desaparecer de la vista, obtener una fuerza enorme, comprender el lenguaje de los animales y otras criaturas, etc.

Sin embargo, Patañjali, quien como científico de la mente, describe estos poderes (ya que son parte de la ciencia), también advierte al aspirante de yoga que no los busque. La tentación de estos poderes puede alejarlo de la meta de su vida, es decir, kaivalya o liberación. Pero, después de alcanzar kaivalya, dado que puede continuar viviendo por algún tiempo más debido al prārabdha-karma (el karma que ha comenzado esta vida), tendrá esos poderes y podrá usarlos con seguridad para el bien de la humanidad.

Conclusión:

El Yogadarśana no sólo es antiguo sino también muy práctico. Incluso los sistemas vedánticos aceptan sus aspectos sadhana. Los psicólogos modernos también están descubriendo su utilidad para proteger o recuperar la salud mental. Los métodos y técnicas del yoga se están volviendo muy populares en todo el mundo. Los dos primeros pasos (yama y niyama) pueden contribuir al bienestar tanto del individuo como de la sociedad. Las diversas āsanas, mejor conocidas como yogāsanas, pueden ayudar a recuperar o mantener la salud. Así, el sistema de Yoga está ganando gradualmente aceptación universal.


- Fuente: "A Concise Encyclopaedia of Hinduism" de Swami Harshananda Puri  Traducido al español por el autor de este blog..

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