![]() |
arte de Maniam Selven |
YOGA SU PRÁCTICA Y FILOSOFÍA
jueves, 15 de mayo de 2025
BREVE HISTORIA DEL YOGA por Javier Ruiz Calderón - parte 2
BREVE HISTORIA DEL YOGA por Javier Ruiz Calderón - parte 1
1. Qué es el yoga tradicional:
Según el pensamiento hindú, nuestra forma habitual de vivir es lo que se llama saṃsāra, la existencia cíclica, caracterizada por: la insatisfacción (no felicidad plena); que se debe a la imposibilidad de satisfacer todos nuestros apegos (o deseos compulsivos); que proceden de la ignorancia (avidyā) de nuestra naturaleza trascendente. Realizamos acciones para satisfacer los deseos; estas acciones producen saṃskāras (impresiones inconscientes), que causan vāsanās (tendencias latentes; hábitos de acción). Tradicionalmente, esta descripción de la condición humana va unida a la creencia en la ley del karman (=las acciones buenas nos llevan a situaciones buenas y las malas a situaciones malas) y en la reencarnación; pero no es esencial creer en estas para aceptar la descripción básica de la existencia cíclica.
La liberación de esa situación deficiente se logra mediante el conocimiento experiencial de nuestra verdadera naturaleza. Ese conocimiento hace que se superen los apegos y de ese modo se alcance un modo de existencia caracterizado por la ecuanimidad, la libertad interior y la empatía con los otros seres.
Se llama «yoga» en sentido estricto a cualquier camino espiritual (mārga) hindú que insista en la práctica del autocontrol psicofísico y la concentración mental como los medios principales para llegar a la liberación. Esta forma de yoga incluye, por ejemplo, el yoga clásico y los yogas tántricos.
En sentido amplio, el yoga es cualquier camino hinduista hacia la liberación, como los caminos de la devoción, el conocimiento, la meditación, la acción, etc. En este sentido amplio, el yoga es lo mismo que la espiritualidad hinduista.
2. Etapas de la tradición del yoga:
a) Yoga preclásico
Incluye el yoga de las upaniṣads (siglos VII-III AEC —todas las fechas son meras aproximaciones—) y el yoga de las epopeyas (Mahābhārata y Rāmāyaṇa; ss. IV AEC-IV EC), sobre todo el de la Bhagavadgītā (s.II AEC), que es el capítulo principal del Mahābhārata y el texto más popular del hinduismo.
b) Yoga clásico
Es el que se recoge en los Yogasūtras («Aforismos sobre el yoga») de Patañjali (s.II EC) y sus comentarios. El principal comentario es el Yogabhāṣya de Vyāsa.
c) Yoga postclásico
El vedānta es la escuela filosófica y espiritual del hinduismo basada en las enseñanzas de las upaniṣads, que se sistematizaron en los Brahmasūtras («Aforismos sobre lo Absoluto», s.IV EC). Hay distintas escuelas del vedānta. Las más conocidas son el advaita vedānta (ved. adualista), cuyo principal representante es Śaṅkarācārya (s.VII EC); el viśiṣṭādvaita vedānta (ved. adualista con diferencias), de Rāmānuja (s. X); y el dvaita vedānta (ved. dualista) de Mādhva (s. XII).
También hay yoga en los purāṇas (compendios de mitología y espiritualidad; ss. II-XV EC; el más popular actualmente es el Śrīmad Bhāgavata Purāṇa); en los tantras (desde el s. VI EC); y en diversas corrientes «sectarias» del hinduismo: los śaivas o devotos de Śiva (como por ejemplo los nāths o el Śaivismo de Cachemira), los vaiṣṇavas (devotos de Viṣṇu), los śāktas (devotos de Śakti, la Diosa), etc.
3. Yoga del conocimiento (jñāna yoga):
Es la forma más antigua de yoga. Se encuentra en las upaniṣad, el advaita vedānta, el Śaivismo de Cachemira, etc. Aquí vamos a resumir la versión más conocida, que es la del advaita vedānta.
El yoga del conocimiento afirma la adualidad (advaita) de lo real: solo hay una Realidad Absoluta: el Brahman, que es sac-cid-ānanda (la única Realidad Eterna; la Conciencia Universal en la que aparecen todas las cosas; la Felicidad o Plenitud total). Ese Brahman es mi verdadero ser (ātman): «Yo soy el Brahman». Y es el verdadero ser de todas las cosas: «Todo esto es el Brahman».
La enseñanza del advaita vedānta se resume en esta frase: «El Brahman es lo Real (satya: lo absoluto, eterno), el mundo es falso (mithyā: relativo, transitorio) y el ātman es el Brahman».
Los individuos estamos sumidos en la ignorancia, a la que también se llama māyā (la «ilusión» cósmica) porque nos hace percibir la realidad equivocadamente: creemos que somos un yo individual (jīva) que vive en un mundo (jagat) múltiple gobernado por Dios (Īśvara). Esta visión es errónea porque confundimos el jivātman (yo individual, relativo, falso), con el paramātman (Yo Supremo, nuestro verdadero ser, que es el Brahman). En realidad el individuo, el mundo y Dios no son otra cosa que apariencias del ātman-brahman indivisible.
La práctica del yoga del conocimiento consiste en la autoindagación (ātmavicāra), es decir, en investigar quién soy yo. Eso se realiza en tres fases: 1) Escuchar la enseñanza vedántica de labios de un maestro que la haya asimilado. 2) Reflexionar personalmente sobre esas enseñanzas. 3) Cuando se haya comprendido suficientemente dicha enseñanza, meditar sobre ella, manteniendo en la mente esa comprensión hasta que se asimile completamente y se vuelva espontánea. Para comprender y asimilar las enseñanzas del vedānta es necesario tener una mente pura. Dicha purificación se puede lograr mediante la práctica de karman (la acción correcta: el yoga de la acción) y upāsanā (la concentración: los yogas de la devoción, el autocontrol psicofísico, etc); es decir, mediante la práctica de los otros yogas.
![]() |
arte de Maniam Selven |
4. El yoga clásico (rāja yoga, aṣṭāṅga yoga):
El yoga clásico es el de los Yogasūtras. La filosofía de este texto es semejante a la del sāṃkhya, escuela clásica del pensamiento hinduista cuyo texto fundamental es la Sāṃkhyakārikā de Īśvarakṛṣṇa —s. IV EC—). El sāṃkhya —término que significa «enumeración»— afirma que hay veinticinco clases de realidades (tattvas):
1) Un número indeterminado de puruṣas: almas espirituales, inactivas, eternas y cuya única cualidad es que conocen; son sujetos puros de conocimiento.
2) La prakṛti o materia: una sustancia eterna y dinámica que está compuesta de tres guṇas (cualidades): tamas (la pasividad), rajas (la actividad) y sattva (el equilibrio). La materia es cíclica: tiene épocas de latencia o ausencia de manifestación en la que está indiferenciada, como dormida; y épocas de expansión o manifestación en que se despliega como los tattvas 3 a 25 y como todas las cosas que componen el universo material. En las épocas de manifestación, la materia se va desplegando gradualmente bajo la forma de los demás tattvas materiales, empezando por los más
sutiles y acabando en los más toscos, en este orden:
3) La materia se manifiesta primero como la mente determinadora (buddhi), que es el aspecto de la mente que afirma y niega.
4) De esta sale el ego (ahaṃkāra) o autoafirmación; y de este los demás tattvas:
5) La mente discursiva (manas), que delibera y duda.
6-10) Los cinco sentidos (jñānendriyas): vista, oído, etc.
11-15) Las cinco facultades de acción (karmendriyas): habla, prensión, locomoción, excreción y reproducción.
16-20) Las cinco cualidades sensibles (tanmātras): colores, sabores,etc.
21-25) Los cinco elementos toscos (bhūtas): tierra, agua, fuego, aire y espacio.
Estos tattvas son las realidades que componen la totalidad cósmica (el universo) y también cada una de sus partes, los individuos.
Según el sāṃkhya, la esclavitud consiste en creer que somos seres materiales, cuando en realidad somos espíritus puros. La emancipación (kaivalya) se consigue por el discernimiento (viveka) entre el espíritu y la materia, es decir, por la capacidad de distinguir entre nuestra naturaleza espiritual y el individuo material.
En los Yogasūtras, Patañjali acepta la filosofía del sāṃkhya, pero le añade un vigésimosexto tattva: además de los espíritus y la materia con todos sus derivados, existe Īśvara, «el Señor» o «Dios»: un puruṣa que nunca se ha confundido con la materia; por ello, es un ejemplo para el yogin, que lo puede utilizar como objeto de culto y meditación; pero no es un verdadero Dios, porque no hace nada: es completamente inactivo, como todos los purusas. Por eso se dice a veces que el yoga clásico no es un teísmo sino un «deísmo»: filosofía según la cual hay un Dios pero que no interviene en absoluto en los asuntos del universo.
Lo más típico del yoga clásico no es su filosofía sino el estudio que realiza de la mente (citta) y del modo de controlarla (nirodha). Su objetivo es ir logrando gradualmente el autocontrol físico y mental y, en consecuencia, la concentración de la mente. Este control mental facilita el discernimiento entre la materia y el espíritu y la consiguiente liberación. El autocontrol psicofísico se realiza en ocho etapas que van de lo más exterior a lo más interior y que sistematizan distintas prácticas morales, ascéticas y místicas de la tradición de los renunciantes (los ascetas errantes que abandonaban la sociedad buscando el conocimiento liberador).
Estas etapas son las siguientes:
1. Abstinencias (yama): no violencia, veracidad, castidad, no robar, no recibir.
2. Disciplinas (niyama): pureza, contento, ascesis, estudio, entrega a Dios (Īśvara).
3. Postura (āsana) de meditación.
4. Control de la respiración (prāṇāyāma).
5. Abstracción sensorial (pratyāhāra): apartar los sentidos de sus objetos.
6. Concentración (dhāraṇā): todavía con distracciones.
7. Meditación (dhyāna): ininterrumpida.
8. Absorción (samādhi): concentración completa.
Cuando la mente completamente enfocada en samādhi contempla la diferencia entre el espíritu y la materia, la mente se va purificando, la ignorancia acaba por desaparecer y se alcanza el aislamiento (kaivalya) final.
Las etapas del yoga de Patañjali han seguido practicándose hasta la actualidad; pero normalmente se ha rechazado tanto el dualismo entre espíritus y materia como el deísmo y se los ha sustituido por un adualismo del Brahman impersonal o por un verdadero teísmo. Es decir: se ha solido conservar la parte práctica y se ha modificado la más filosófica.
lunes, 8 de enero de 2024
FILOSOFÍA DE LAS ASANAS por B.K.S.Iyengar
jueves, 19 de mayo de 2022
LAS RAÍCES DEL YOGA POSTURAL por James Russell
El Yoga moderno es un híbrido compuesto de prácticas en las que las técnicas somáticas del Hatha Yoga convergen con la filosofía experiencial del camino de los ocho miembros de Patañjali.
Las clases de yoga a menudo se caracterizan por un énfasis en la realización de posturas físicas, a las que se hace referencia colectivamente con el término sánscrito “asana”.
“Asana se deriva de la raíz verbal ‘as’, que significa ‘estar presente; existir; habitar; hacer una morada en …; sentarse en silencio, permanecer… continuar en cualquier situación". – (Mikel Burley)
Recientemente se ha especulado mucho sobre el origen de estas posturas. Algunos académicos sostienen que gran parte del yoga contemporáneo son innovaciones modernas, apropiadas de la gimnasia y el culturismo victoriano a finales del siglo XIX y principios del XX. Mientras tanto, otros insisten en que las posturas pertenecen a una tradición mucho más antigua. Para muchos practicantes de yoga, asana se considera una expresión atemporal de la fisicalidad humana innata, más allá de los confines de la tradición y la cultura localizada.
Debido a que el yoga es en esencia una tradición oral y la alfabetización en la India fue durante siglos poco común, es difícil trazar el desarrollo de la vasta historia del yoga únicamente a través del análisis de textos. Además, una gran cantidad de textos se han perdido o quedan sin traducir. Los textos que tenemos ofrecen, en el mejor de los casos, un rastro de migajas de pan. Sin embargo, si seguimos el camino con cuidado, podemos obtener información fascinante sobre la evolución de la práctica.
Los primeros textos de yoga, como el Bhagavad Gita (200 a. C.) y el Yoga Sutra (350 d. C.), suelen enmarcar los asanas en el contexto de establecer una posición sentada simple para meditar. Es dentro de la tradición posterior del “Hatha Yoga”, que floreció entre los siglos XII y XVIII, que asana adquiere un papel más significativo y encontramos una variedad de posturas. Si bien no hay duda de que muchas de las posturas de yoga de uso popular hoy en día se remontan a este último camino de Hatha, no está claro si existió una tradición anterior de asanas y encontramos una brecha difícil de alrededor de 1000 años entre los Yoga Sutra un asana sentado y la variedad de asana que se encuentran en los primeros textos de Hatha.
HATHA YOGA – EL YOGA DE LA FUERZA
“Antes de todo, se habla de asana como la primera parte del hatha yoga. Habiendo hecho asana, uno obtiene estabilidad de cuerpo y mente“. – (Hatha Pradipika 1.17)
Originalmente el Hatha Yoga fue una síntesis de Tantra y Ascetismo, que consolidó un amplio espectro de prácticas físicas y energéticas dirigidas a la contención de la energía sutil y la ascensión de Kundalini Shakti. Dentro de este enfoque, asana se expandió desde una posición sentada para abarcar “cualquier postura corporal que pueda mantenerse durante un período prolongado” (Burley). Una variedad de técnicas de Hatha fueron codificadas en textos de alrededor del siglo XI en adelante, que fueron plagiados en gran parte de los shastras tántricos anteriores (aún no publicados) que datan del siglo VI en adelante. Los primeros textos tántricos suelen denotar una “asana” como un “trono” sobre el que se instala una Deidad. Las posturas también se conocen como “Karana” que sugiere movimiento y “Pitha” que indica un asiento.
Aunque los textos medievales de Hatha aluden a una gran cantidad de posturas y 84 asanas clásicos, la mayoría describe o enumera algunos de esos asanas y “Mudras” (sellos energéticos) que se consideraban particularmente importantes:
“Hay tantas posturas como especies de seres vivos. Solo Maheshvara (el Señor Shiva) conoce todas sus variedades. De los 8,400,000 (asanas) solo se han mencionado uno por cada 100,000. Por lo mismo, Shiva creó ochenta y cuatro asientos (pitha) para los yogis“. – (Goraksha Paddhati 1.8 – 1.9)
Quizás el texto de Hatha más famoso es el Hatha Pradipika (Svatmarama 1450), en el que, por primera vez, asana se identifica como un componente clave del sistema Hatha. Este texto fue tomado en gran parte de fuentes tántricas anteriores.
ASHTANGA YOGA DE PATAÑJALI: EL CAMINO DE LAS OCHO RAMAS
Muchos practicantes modernos toman su guía filosófica de la tradición mucho más antigua de Patañjali y su texto seminal: ‘El Yoga Sutra’ (250-350 d.C.) ‘Sutra’ significa ‘hilo’ y es una convención literaria concisa que consiste en aforismos cortos compactos con significado, que a menudo son indescifrables sin la ayuda de un comentario adicional. El Yoga Sutra describe dos métodos para que el practicante alcance el “Samadhi” – percepción clara: Kriya yoga – el yoga de la acción; y Ashtanga yoga – yoga de ocho extremidades.Dentro del método ashtanga, asana constituye la tercera rama del yoga. Patañjali no describe ni enumera una variedad de posturas como las que practicamos hoy e incluye solo una postura: un asiento estable y cómodo.
“Asana es una postura sentada estable y cómoda, la perfección se logra mediante la relajación y la contemplación del infinito, a partir de entonces, el yogui no se ve afectado por la dualidad”- (Patanjali Yoga Sutra 2.46 – 2.48)
Entonces, en el transcurso de los 196 versículos del sutra, solo 3 se dedican al método de asana, menos del dos por ciento de todo el texto. Sin embargo, los axiomas de Patañjali son profundos e increíblemente útiles: animar al yogui a relajarse en el asana mientras encuentra equilibrio y comodidad. Este enfoque es compatible con Hatha Yoga y los dos sistemas han disfrutado de una relación complementaria durante al menos cinco siglos.
Aunque Patañjali dedica una cantidad relativamente pequeña de versos a los asanas, no significa necesariamente que sintiera que los asanas no eran importantes y puede ser que estuviera restringido por el formato destilado de la convención del sutra. De manera similar, en la cuarta rama del yoga, aunque Patañjali conjetura los principios fundamentales del Pranayama, lo hace sin ofrecer detalles de prácticas específicas.
Solo con la ayuda de un buen comentario (y/o maestro) podemos comenzar a desempacar el sutra y tejer el hilo del discurso de Patañjali en un método más completo y orientado a la práctica.
VYASA Y EL YOGA BHASHYA
Podría decirse que el comentario más importante sobre el Yoga Sutra es un texto llamado Yoga-Bhashya (“Discusión sobre el yoga”) compuesto por Vyasa en el siglo V d.C. Vyasa penetró el recóndito texto del sutra y luego lo filtró a través de la lente de la filosofía Samkhya. Gran parte de nuestra comprensión del sutra proviene de Vyasa y muchos comentarios modernos son, en efecto, comentarios de Vyasa, comentarios con matices Samkhya.
“Es Vyasa quien determinó lo que significaban los sutras abstrusos de Patanjali, y todos los comentaristas posteriores elaboraron sobre Vyasa… No se puede exagerar que la filosofía del Yoga es la filosofía de Patañjali tal como la entiende y articula Vyasa”. – (Edwin Bryant)
Una posibilidad intrigante es que el Bhasya y el Yoga Sutra fueran de hecho obras del mismo autor. La palabra Vyasa se puede traducir como “compilador” o “editor”. Los académicos Michel Angot y Ande Maass han planteado la hipótesis de que:
- Nunca hubo un Vyasa, solo Patañjali, es decir, tanto el sutra como el comentario fueron compuestos por el mismo autor.
- Los sutras y Vyasa originalmente formaban un solo texto cohesivo titulado “Patañjali Yoga Shastra”.
- El sutra y el comentario de Vyasa fueron originalmente pensados para ser estudiados juntos.
Independientemente de la identidad de Vyasa, el comentario Bhashya es un compañero nítido y erudito del sutra que arroja luz incluso sobre los versos más enigmáticos.
En el Sutra 2.46, en el que Patañjali introduce la tercera rama del yoga – asana, Vyasa nos proporciona considerablemente más información que la de Patañjali, asana sentado, y enumera un total de 12 posturas, calificando que "cuando se pueden sostener cómodamente, son llamados Asanas Yóguicas". Aunque las posturas enumeradas por Vyasa son predominantemente sentadas, tal variedad de asanas generalmente no se encuentra en fuentes textuales hasta varios siglos después.
Vyasa: "Ellos (los asanas) son los siguientes: – Padmasana, Virasana, Bhadrasana, Svastikasana, Dandasana, Sopasraya, Paryanka, Krauncha nisadana, Hasti-nisadana, Ustra-nisadana y Sama-samsthana. Cuando estas posturas se pueden mantener cómodamente, se denominan Asanas (yóguicas) “. (Yoga Bhashya 1.46)
Algunos de estos nombres pueden ser familiares para los practicantes de yoga modernos y todavía son de uso popular en la actualidad. Sin embargo, la nomenclatura de asana en el siglo V era algo diferente a la actual, por lo que puede haber alguna variación en su aplicación. Aunque Vyasa enumera las posturas, no proporciona una descripción o pautas: por lo tanto, para determinar su praxis, es necesario referirse a textos posteriores de Hatha Yoga y también a artefactos como pinturas y esculturas.
ASANAS DEL YOGA BHASHYA DE VYASA
Las primeras cuatro asanas enumerados por Vyasa se encuentran a lo largo de la literatura posterior de Hatha Yoga. En el lenguaje moderno, Bhadrasana a menudo se llama Baddha Konasana (“postura de ángulo limitado”) o postura del zapatero. Incluso hoy en día, se puede ver a los zapateros en India ejerciendo su oficio sentados en esta posición. Vijnanabhuksu, un comentarista del sutra del siglo XVI, cita al autor Vashistha como fuente de Vyasa para estos cuatro primeros asanas, lo que indica que ya eran de uso común antes del siglo quinto. Vijnanabhuksu atribuye los ocho asanas restantes a un texto llamado “Yoga-Pradipa”.Dandasana resultará familiar para muchos practicantes. Sopasraya: la postura de apoyo se destaca porque implica el uso de un apoyo para sostener el cuerpo. El accesorio se llama ‘yogapatta’. Hay diferencias de opinión en cuanto a la forma que toma el accesorio, y algunos autores describen un bloque o tabla, que en este caso se coloca debajo de la rodilla izquierda durante la padmasana, mientras que otros indican una correa. que se ata alrededor del cuerpo para sostener las piernas. Se pueden ver ejemplos de la segunda interpretación en las pinturas de Mughal de finales del siglo XVI.
Sopasraya es particularmente significativa, cuando consideramos el uso extensivo de accesorios: correas y bloques empleados por el gurú postural moderno, B.K.S. Iyengar en el siglo XX, aproximadamente 1500 años después de la época de Vyasa.Paryanka es una característica omnipresente de la mayoría de las clases de yoga modernas y generalmente se incluye al final de una práctica de asana y comúnmente se la denomina “Shavasana”, la postura del cadáver (que es el nombre que se encuentra en textos posteriores como Hatha Pradipika y Gheranda Samhita).
Estas 3 posturas también pueden ser de algún interés para los estudiantes modernos, ya que el yogui está dirigido a imitar las posiciones de sentado de tres animales: zarapito (un tipo de ave); elefante; y camello. Krauncha y Ustra: zarapito y camello se encuentran en varios manuales de Hatha Yoga como Kraunchasana y Ustrasana. La postura de zarapito también se llama a veces postura de garza. En este momento, no he podido encontrar ningún ejemplo de Hasti Nisadana, sentado como un elefante. (Si bien existe una postura en el uso moderno llamada “postura de la trompa de elefante”, este asana parece ser una creación reciente).
La convención de los yoguis que observan e imitan a los animales se generalizó en el Hatha Yoga y en textos posteriores encontramos una variedad de asanas con nombres de animales: por ejemplo, Bhujangasana – pose de cobra, Shalabasana – pose de langosta y Marjarasana – pose de cocodrilo (todos encontrados en Gheranda Samhita 1670.) Hoy en día hay muchas posturas con nombres de animales.
La referencia de Vyasa a los animales puede ser el primer ejemplo de yoguis que se inspiran en el comportamiento de los animales que los rodean.
Las dos últimas posturas parecen ser variaciones de posturas simples sentadas. Aunque el clásico “Sthira-sukhasana” de Patañjali se puede aplicar teóricamente a cualquier postura, a menudo se interpreta como una posición de piernas cruzadas o simplemente “sukhasana”, una postura cómoda. El diccionario sánscrito de Monier Williams ofrece una variedad de posibles definiciones para “Sukha”, que incluyen: facilidad, alegría, deleite, cielo y placer.
Aunque la descripción de Patañjali de la tercera rama del yoga, asana, es bastante concisa, al estudiar el texto que acompaña al sutra, el Yoga-Bhashya, queda claro que ya en el siglo V los yoguis habían comenzado a experimentar con asana y estaban practicando al menos doce posturas distintas, predominantemente sedentes. En subcomentarios posteriores, tanto Vijnanabhikshu como Shankara Bhagavatpada destacan el uso que hace Vyasa del equivalente sánscrito de un “etc.” al final de la lista de asanas, lo que indica que puede haber variaciones adicionales de estas posturas, según lo prescrito por el Gurú/maestro. Vijnanabhikshu elabora más, afirmando que “uno debe comprender las posturas de un pavo real, etc. En resumen, hay tantas posturas como seres vivos“.
Los doce asanas de Vyasa demuestran que el aumento de una asana más allá de la convención de una simple posición sentada ya estaba bien establecido en el siglo quinto.
Incluso en la época de Vyasa podemos observar un sorprendente número de estrechos paralelos con las prácticas que se encuentran en el yoga moderno:
- Paryanka – ej. Shavasana: la postura del cadáver, acostado en posición supina.
- Ustra, Hasti y Kraunca: la imitación y el nombre de asana en honor a los animales.
- Ustra – Nisadana – ej. Ustrasana - El camello: arrodillado y también agachado.
- Krauncha – Nisadana – ej. Kraunchasana – Garza: asana asimétrica, también inclinación hacia adelante.
- Varias posturas que requieren rotación externa de la cadera: Padmasana, Badrasana, Dandasana y Swastikasana.
- Uso de puntales en forma de correa o bloque o ambos.
- Combinando la práctica con Pranayama (regulación / extensión de la respiración) y meditación.
Es fácil imaginar cómo en los siglos que siguieron, el repertorio de asanas de los yoguis evolucionó naturalmente para desarrollar posturas cada vez más elaboradas. De modo que con el advenimiento de la época formativa del Hatha Yoga entre los siglos XII y XVII, asana había alcanzado un alto nivel de sofisticación.
En el Bhashya, asana se coloca en gran medida en un papel auxiliar dentro del marco más amplio del óctuple camino de Patañjali. Patañjali, y Vyasa por extensión, sitúan asana como un precursor del Pranayama y la meditación, y que a través de su perfección (‘siddhi‘), el “devoto no se ve afectado por las condiciones opuestas como el calor y el frío, etc.” No es hasta muchos siglos después, dentro del Hatha Yoga, que asana asume una posición más prominente y su papel cambia a uno de mejora física. En los textos de Hatha, la perfección de asana se considera un camino hacia la ausencia de enfermedades, la inmortalidad y un cuerpo adamantino: “la práctica de asana alivia las enfermedades y contribuye a la estabilidad, la salud y un cuerpo eficiente” (Hatharatnavali de Srinivasa). Esta disparidad es indicativa de una diferencia fundamental entre la soteriología de Hatha y Ashtanga Yoga: en Hatha Yoga (y Tantra) el cuerpo se utiliza como una herramienta para la liberación, mientras que Patañjali aboga por el desinterés hacia el cuerpo de uno y también hacia los cuerpos de los demás.
Aunque puede haber cierto grado de innovación moderna dentro de las clases de yoga contemporáneas, cuando miramos más profundamente, encontramos que también hay una gran parte que permanece inequívocamente antigua. Los múltiples asanas sentados del Bhashya pueden ser menos atractivas o visualmente atractivas que algunos de los asanas más elaborados en circulación popular actual, pero junto con la potente fórmula de Patañjali, siguen siendo una base integral en la raíz de esta gran práctica.
miércoles, 18 de mayo de 2022
EL YOGA MODERNO GLOBALIZADO por Mark Singleton - parte 1
![]() |
Swami Venkatesananda |