viernes, 6 de agosto de 2021

RUPA GOSWAMI: EL BHAKTA QUE TRANSFORMO BHAKTI EN BHAKTI RASA por Manish Maheshwari

En la eterna tierra de juegos de Krishna, bhakti es un drama y cada emoción de un devoto es un rasa.


 En el siglo XVI, sucedió algo extraordinario en una pequeña región verde del norte de la India: la ciudad de la infancia de Krishna, Vrindavan, finalmente emergió a la conciencia hindú. Bhakti encontró su manifestación más sensual y apasionada en la región de Braj. Los más grandes santos poetas de la India —Vallabhācharya, Swami Haridās, Harirāmvyās, Hit Harivaṃś, Sūrdās— reavivaron y revitalizaron la adoración devocional de Krishna en Vrindavan, que hasta entonces era en gran parte una región boscosa escasamente poblada.

La desconcertante variedad de sectas de Krishna (Pushtimārga, Haridāsis, Caitanyas, Nimbārkas y muchas otras ahora extintas) hizo de la región de Braj el centro de sus actividades y devoción. Caitanya Mahāprabhu, que nació en Bengala y pasó la mayor parte de su vida en Puri, envió a sus cinco discípulos elegidos (llamados Gosvāmī) a Vrindavan para reclamar y resacralizar la geografía espiritual de la región de Braj. La recuperación y el resurgimiento de Vrindavan como sede de la adoración a Krishna fue, posiblemente, una respuesta a la retirada del hinduismo en gran parte del norte de la India medieval.

Uno de los discípulos elegidos de Caitanya fue el gran bhakta, Rūpa Gosvāmī. Un santo erudito de formación clásica que compuso una deslumbrante variedad de obras sobre estética, teología y drama sánscrito. Él, junto con su hermano Sanātana Gosvāmī y su sobrino Jīva Gosvāmī, proporcionaron una base intelectual al todavía incipiente movimiento Caitanya Vaiṣṇava. Sus dos obras más importantes sobre estética, Bhaktirasāmṛtasindhu y su secuela Ujjwalanīlamaṇi, juntas forman un extenso tratado sobre el bhakti como rasa. Transformó radicalmente la teoría del rasa en el rasaśāstra vaiṣṇava.

Rūpa Gosvāmī operaba en una era en la que la naturaleza del bhakti se había vuelto muy intensa y personalizada. Caitanya personificó esta intensificación del bhakti. Tenía una extraordinaria capacidad para emocionar y evocar emoción en los demás. Él, junto con sus devotos, cantaba en voz alta el nombre de Krishna y comenzaba a cantar y bailar hasta que las lágrimas brotaban de sus ojos. Este fervor emocional se vio reforzado por el uso de instrumentos musicales como tambores y platillos. Este grupo cantando y bailando (saṃkīrtana), al llegar a un crescendo, “trabajó tanto en la emoción como en los sentidos (de los devotos) y produjo estremecimientos de éxtasis y copiosa transpiración, ataques salvajes, temblores y llanto ... agotamiento e inconsciencia, terminando en trances místicos.”

Sin embargo, tal forma de bhakti no es una emoción indiscriminada, sino el resultado de un método intencional y un compromiso y entrega para realizar la conciencia de Krishna. Para los Gauḍīyas y para las otras escuelas del hinduismo, la realidad última es una obra de teatro, un līlā de Kṛṣṇa. El Braj-līlā es la forma más elevada de juego y el rāslīlā es la culminación de todos los rasas que un actor puede experimentar en la obra. Imaginándose a sí mismo como un actor (o un personaje) en este līlā de Vrindavan, Caitanya asumía el papel de Radha y adoptaba el estado de ánimo intencional de virahabhakti (devoción en ausencia), representándolo con notable profundidad e intensidad. Este tipo de bhakti valora el tremendo poder de la emoción porque la emoción intensa en un objeto elegido produce una concentración intensa que une el abismo entre el sujeto y el objeto, provocando la unión mística con lo divino.

Rūpa Gosvāmī, un discípulo de Caitanya, teorizó y sistematizó esta forma de devoción en un marco conceptual que luego podría ser adaptado por otros devotos que no tenían acceso directo a Caitanya. La notable intuición de Rūpa Gosvāmī fue que si el mundo es un līlā del Señor y todos somos actores en este drama, entonces se puede emplear toda la tradición de la estética rasa del Nātyaśāstra, que por cierto también se desarrolló en el contexto del drama. para delinear los diversos estados de ánimo emocionales de los devotos que participan en este līlā cósmico. En este esquema, la religión se convierte en un drama, el devoto en un actor y sus emociones religiosas en un rasa.

Rūpa Gosvāmī concibe el bhakti en una jerarquía de 3 niveles, de forma inferior a superior: sādhanā bhakti, bhāva bhakti y prema bhakti. Sādhana-bhakti se divide además en Vaidhi bhakti y rāgānugā bhakti. El vaidhi bhakti se realiza de acuerdo con las reglas y regulaciones prescritas en los śāstras. Como sugiere el nombre, este bhakti se realiza de acuerdo con lo prescripto (vidhi). Sin embargo, las almas apasionadas están más allá de las leyes convencionales y su bhakti se deriva de su ser interior, lo que nos lleva al rāgānugā bhakti.

Rāga significa una absorción natural, profunda e inseparable en Krishna. Consiste en la meditación o el recuerdo devoto de Krishna mediante la adopción de un bhāva particular (Rādha bhāva, sakhi bhāva, vātsalya bhāva, etc.) para lograr el mismo estado emocional que los personajes reales descritos en el Bhāgavata tenían en la vida divina de Krisha. Los bhaktas participan en el drama divino de Krishna al asumir mentalmente el papel de amantes, padres, amigos, parientes, mensajeros y sirvientes de Krishna.

Esto requiere una inmensa concentración, ya que toda la subjetividad del devoto se 'reencarna' al entrar en el mundo mental del Krishna-līlā. Un devoto puede asumir cualquier papel de acuerdo con su temperamento natural, pero nunca puede asumir el papel del objeto de bhakti, Krishna. La experiencia del amor requiere un objeto y un sujeto.

Una vez que esta práctica se vuelve lo suficientemente avanzada, el devoto entra en la etapa de bhāva bhakti. Es el estado mental dominado por sattva, cuando el "corazón se derrite" y se genera la emoción suprema del amor por Kṛṣṇa. Rūpa Gosvāmī declara que este bhāva supremo de la experiencia religiosa es un estado muy raro que surge a través del rāgānugā sādhanā o directamente a través de la gracia de Kṛṣṇa. El estado final, cuando este bhāva supremo se intensifica aún más, se llama prema bhakti. ¡Este es el estado Rasa, más alto que la liberación de los yogis!

Este rasa se experimenta de manera diferente según el tipo de bhaktas o el tipo de bhāva que asumen los bhaktas. Los bhakti rasas primarios son śanta, prita, sakhi, vātsalya y madhura. Estos rasas corresponden a los cinco tipos de carácter que el devoto adopta al entrar en el līlā: asceta, sirviente, amigo, padre y amante. Pero de las cinco formas principales de bhakti rasa, la suprema de ellas es el madhura rasa porque se basa en el bhāva del amor más intenso y elevado: el amor de las gopis de Vrindavan por Krishnaa. Es la perfección máxima entre todos los rasas primarios perfectos.

Gosvāmī escribe un tratado completo, Ujjwalanīlamaṇi, para exponer y desarrollar el madhura rasa. Madhura rasa, dice Rūpa, es diferente de sringāra rasa, que se encuentra en el nivel mundano del disfrute sensual de los objetos, mientras que madhura rasa es “el disfrute de la fusión inseparable del Señor con el amado a través de varias etapas de intensos dolores de separación, anhelo y ruegos de protección, visión, aceptación, unión e identificación”.

Alcanzar el estado de rasa es la culminación del bhakti. Trascender la subjetividad de uno asumiendo cierto bhāva es un requisito previo para el éxito en este sādhana. No se puede saborear Rasa si el devoto está a distancia o en la posición alejada de la audiencia. Por ejemplo, para generar esta emoción interior de vātsalya rati, los devotos, a través del sādhana, deben transformarse mentalmente en madre Yaśodā, como se describe en el Bhāgavata Purāṇa. La distancia espiritual entre el Yaśodā del Bhāgavata y el devoto debe colapsar para que se experimente el vātsalya rasa.

Por lo tanto, es solo a través de un drama que el bhakti alcanza su fruto. En un drama, el devoto canaliza sus emociones profundas a través de cierto personaje predefinido. Esta emoción se intensifica a medida que se controla y dirige, a través de una técnica adecuada, hacia un objeto en particular, en lugar de disiparse a través de un arrebato desenfrenado. Un bhakti emocional incontrolado conducirá al agotamiento nervioso en lugar de a la liberación.

Para concluir, solo hay un drama, el más grande y eterno drama de Krishna, y solo hay una fuente de rasa, Krishna. Dentro de este līlā, cada emoción de un devoto es un rasa. Esta conceptualización de la religión como una acción estética por parte de Rūpa Gosvāmī transformó tan completamente nuestra comprensión del bhakti que ahora solo puede entenderse en términos de rasa. La terminología se ha vuelto tan común que incluso hoy, fuera de lo académico, rasa se entiende en términos de bhakti en lugar de literatura secular. La contribución fundamental de Rūpa Gosvāmī a las tradiciones del bhakti merece una audiencia más amplia en lugar de limitarse a la teología vaishnava.


- Fuente: ensayo publicado por Manish Maheshwari en la revista digital "Tattva", traducido al español por el autor de este blog.

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