miércoles, 20 de febrero de 2019

NO HAGAS DE ASANA UN HÀBITO por A.G. Mohan & Dr. Ganesh Mohan

El yoga es una forma de traer cambios positivos en nuestra vida. El cambio positivo requiere oponerse a hábitos pasados. Pero las asanas también pueden convertirse en hábitos. Si practicamos asanas como andar en bicicleta, perdemos gran parte de su potencial transformador. El movimiento se vuelve mecánico porque nuestro cerebro aprende patrones de movimiento. Si hacemos un movimiento cientos de veces, podemos repetirlo fácilmente con poca atención. Pero la conciencia es la clave para sostener la transformación; la conciencia nos ayuda a reconocer lo que necesitamos cambiar y nos impide retroceder después de cambiar.

Para que las asanas sean un poderoso agente de transformación, debemos hacerlas no simplemente por la fuerza del hábito, sino con una corriente de conciencia. Incluso para la salud del cuerpo: para mejorar la postura y la alineación, para aumentar la fuerza y ​​la flexibilidad de manera efectiva, y para explorar nuestros límites de manera segura, es necesario tener conciencia en la práctica de asanas. Las lesiones y los desequilibrios en la alineación a menudo surgen en la práctica de asanas debido a la práctica desde el hábito en lugar de practicar en la conciencia.



 A.G. Mohan en sarvangasana
El mejor camino hacia la conciencia en la práctica de asanas es la conexión entre el cuerpo y la respiración. Enfocar la mente en la respiración, y notar cómo el cuerpo y la respiración se influyen mutuamente, es un método profundamente saludable de desarrollar y mantener la conciencia en la práctica de asanas.

La práctica de asanas debe ser una experiencia armoniosa. La forma de respirar en un instrumento de viento, una flauta, por ejemplo, puede crear un chillido de rejilla o una canción melodiosa. El cuerpo también es un instrumento. Si se usa con habilidad, como en la unión del movimiento y la respiración, la postura resultante es una experiencia útil y armoniosa. Cuando se realiza con la orquestación elegante de todas sus partes, la asana puede convertirse en una música del cuerpo, la respiración y la mente.

Recuerda que su propia experiencia triunfa sobre los textos de hatha yoga. Es decir, si una práctica lo hace sentir mal o incómodo, es una buena idea detenerla y examinar por qué, o si hay alternativas que lo hagan sentir mejor.

Su constante observación y autorreflexión señalarán cuándo es necesario un cambio. Mientras que la persistencia es una virtud, la adherencia ciega es arriesgada. En consecuencia, debemos aprender a diferenciar entre el malestar saludable de la resistencia de los hábitos pasados ​​y el malestar poco saludable del trauma y el malestar en el cuerpo o la mente.

El camino del yoga es el compromiso con la transformación positiva, no el compromiso de poner el cuerpo y la mente en incomodidad y daño sin una razón clara.

Algunas personas dicen: "Desafíate a ti mismo". Pero si la mente desafía al cuerpo indiscriminadamente, puede arruinarlo.

Algunas prácticas de hatha yoga pueden parecer extrañas, como algunas formas de limpieza como tragar un paño y quitarlo; o ser insalubre, como algunas prácticas de respiración rápida prolongada; o ser dañino, como forzarse a uno mismo en asanas para el cual uno no está listo.

Puede parecer atractivo hacer algunas de estas cosas porque son místicas o porque los textos clásicos las venden. Pero es importante tener en claro sus beneficios al realizarlos y sus limitaciones, así como las nuestras.

En resumen, si tienes dudas, no persistas en hacerlo. Investiga, reflexiona, y luego vuelve a la práctica, con más claridad.


Mira la palabra hábito. Si quitas la 'h' queda 'abito'. Si quitas la a, queda algo de hábito. ¡Incluso cuando eliminas la 'b', permanece! ¡Los hábitos tardan un tiempo en cambiar, y debemos reducirlos poco a poco! Cada práctica de yoga debe tener una meta y un desafío. Sin embargo, ¿por qué el yoga moderno está dominado casi por completo por las posturas como objetivos de la práctica?

La razón principal es que establecer un objetivo físico es más fácil que establecer un objetivo psicológico. Otra razón es que un objetivo físico, cómo hacer una parada de manos o colocar la cabeza sobre las rodillas, es tangible y fácil de apreciar. Los objetivos psicológicos son más difíciles de apreciar, especialmente en un grupo. La vida es de ritmo rápido. Muchos de los objetivos de la vida son materiales. Se fomenta la competencia y se festeja la ambición. Trasplanta esta mentalidad en una clase de yoga, y cada persona quiere hacer las asanas complejas que otra persona puede hacer, independientemente de si es sabio hacerlo. El objetivo de hacer algunas de estas asanas parece atractivo ya que es un logro visible. Los objetivos psicológicos son logros internos cuyas recompensas no son inmediatamente visibles, aunque son más significativas en el tiempo.


Fuente: The Hindu - Traducciòn al español de Maximiliano A. Pellotta

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