Todo el mundo pasa por los cambios provocados por el tiempo. Estos cambios o avastha parinama se ven durante un período de tiempo. El pelo negro se vuelve gris o se adelgaza. La piel pierde la humedad lentamente y se arruga. Los músculos pierden su tono y empiezan a caer. Las señales de envejecimiento son inconfundibles.
Ramaswami asistiendo sarvangasana |
Al igual que los cambios visibles, hay cambios invisibles que tienen lugar dentro del cuerpo con el tiempo. Mi Guru diría que varios órganos internos incluyendo el corazón tienden a ser desplazados de sus posiciones con el paso del tiempo, las inversiones regulares (sirsasana, sarvangasana) ayudarían a disminuir el descenso de estos órganos. Pero uno debería también entender que los cambios en los diversos órganos vitales pueden ser retardados por el Yoga y el estilo de vida saludable, pero no pueden evitarse por completo.
Las células envejecen y se vuelven menos eficientes. Otras células viejas mueren y no pueden ser reemplazadas. Esto lleva a los órganos vitales a funcionar ‘menos bien‘. En algunos órganos algunas células mueren pero no son reemplazadas y por lo tanto los hacen menos eficientes. Los músculos intercostales y otros músculos accesorios de la respiración, incluyendo el diafragma, se vuelven débiles. Los pulmones también se vuelven débiles e incapaces de combatir infecciones como neumonía, pleuresía, etc. Los riñones tienden a encogerse y esto lleva a muchas complicaciones. El corazón y los vasos sanguíneos comienzan a perder su elasticidad. Hay un declive en la salud a medida que uno envejece. Seguramente el estilo de vida saludable, la práctica del yoga sin duda ayudará a ralentizar el proceso de envejecimiento, pero uno inevitablemente tiene que aceptar el proceso de envejecimiento.
Hay varios sistemas que se dice que son útiles para aceptar el proceso de envejecimiento y el inevitable final. Las filosofías védicas Samkhya, Yoga y Vedanta revelan la sorprendente verdad sobre el yo real. El yo real que es la conciencia inquebrantable y en medio del envejecimiento de todas las partes del cuerpo permanece sin cambio, declaran. Esa es la verdad sobre uno mismo y recomiendan que uno comience a considerar el atma como el yo y no el cuerpo en decadencia. Así, mientras todas las partes del cuerpo se descomponen, el núcleo de cada uno -el yo- no experimenta ningún cambio y, por lo tanto, es inmortal. ¿Podría esta conciencia ser una manera de aceptar los deprimentes cambios de la vejez y el inevitable fin del cuerpo?
Fuente: "Envejecer" artículo original de Ramaswami, traducción al español por Noelia Insa.
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