La respiración yóguica o Pranayama, es la ciencia del control y expansión de la energía vital. Prana es la energía que impregna el universo a todos los niveles. Esta ciencia utiliza la respiración para influir sobre el flujo de prana en los Nadis (canales pránicos). El objetivo de estas técnicas, entre otros muchos es :
- Purificar el cuerpo físico y el cuerpo energético.
- Equilibrar los flujos de las energías vital y mental.
- Incrementar el nivel de energía (prana).
- Regular el flujo del prana para estabilizar la actividad mental.
- Purificar la sangre.
- Mejor captación de oxígeno y eliminación de dióxido de carbono.
- Inhalación (puraka), estimulando el organismo.
- Retención (kumbhaka), distribuyendo la energía por todo el cuerpo.
- Exhalación (rechaka), arrojando fuera del organismo las toxinas y el aire viciado.
La práctica se complementa con Bandhas (llaves energéticas), en las que aplican contracciones sobre zonas específicas del cuerpo para concentrar la energía vital, y Mudras o gestos corporales.
Estas técnicas ayudan a concentrar la mente y permiten que el practicante alcance salud y longevidad.
La práctica de Yoga comienza con Asanas (posturas), que desbloquean y hacen desaparecer las obstrucciones que impiden el flujo normal de prana, y luego pranayama regula ese flujo y lo distribuye por todo el organismo.
Los practicantes (sadhakas), no pueden comenzar con pranayama sin antes haber purificado su cuerpo y su mente con las prácticas de Asanas, y la incorporación de los Yamas y Niyamas a su vida.
Los practicantes (sadhakas), no pueden comenzar con pranayama sin antes haber purificado su cuerpo y su mente con las prácticas de Asanas, y la incorporación de los Yamas y Niyamas a su vida.
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