Patanjali Maharishi |
Capítulo 1: Concentración (Samadhi Pada)
¿Qué es Yoga? (Sutras 1.1 -1.4)
Ahora, luego de haber hecho la preparación previa por medio de la vida misma y otras prácticas,
empieza el estudio y la práctica del Yoga. Yoga es el control (nirodha, regulación, canalización,
maestría, integración, coordinación, aquietamiento, silenciamiento, poner a un lado) de las
modificaciones (patrones de pensamiento densos y sutiles) del campo mental. Entonces, el
Vidente (o El que Ve) reside en sí mismo, yaciendo en su Verdadera Naturaleza. A esto se le
llama Auto-Realización. En otras condiciones, al no estar en Auto-Realización, el Vidente parece
adquirir la forma de las modificaciones del campo mental y se identifica con esos patrones de
pensamiento.
Decolorar los pensamientos (1.5 -1.11)
Esos patrones de pensamiento densos y sutiles (vrittis) son de cinco variedades, de las cuales
algunas están coloreadas (klishta) y otras no están coloreadas (aklishta). Las cinco variedades
de patrones de pensamiento a observar son: 1) conocimiento correcto (pramana), 2) conocimiento
incorrecto (viparyaya), 3) fantasía o imaginación (vikalpa), 4) el objeto correspondiente al vacío
del dormir profundo (nidra) y 5) recuerdo o memoria (smriti).
A partir de estos cinco, hay tres maneras de acceder al conocimiento correcto (pramana): 1)
percepción, 2) deducción y 3) testimonio o comunicación verbal proveniente de quienes tienen
conocimiento. El conocimiento incorrecto o ilusión (viparyaya) es conocimiento falso, lo cual se
produce al percibir una cosa como algo distinto de lo que realmente es. La fantasía o imaginación
(vikalpa) es un patrón de pensamiento que se puede conocer y expresar verbalmente, pero que
no tiene existencia como objeto o realidad. El sueño sin sueños (nidra) es el patrón de
pensamiento sutil cuyo objeto es una inactividad, vacío, ausencia o negación de los otros
patrones de pensamiento (vrittis). El recuerdo o memoria (smriti) es una modificación mental
causada por la reproducción interna de la impresión previa de un objeto, sin agregársele ninguna
otra característica proveniente de otras fuentes.
Práctica y No-Apego (1.12 -1.16)
Estos patrones de pensamiento (vrittis) son dominados (nirodhah, regulados, coordinados,
controlados, aquietados, silenciados) a través de la práctica (abhyasa) y el no-apego (vairagya).
Práctica (abhyasa) significa elegir, hacer el esfuerzo correspondiente y realizar aquellas acciones
que producen un estado estable y tranquilo (sthitau). Cuando tal práctica se hace por largo
tiempo, sin descanso y con devoción sincera, ésta se convierte en un cimiento firmemente
arraigado, estable y sólido. Cuando la mente ya no tiene deseo ni siquiera por los objetos que se
ven o describen en una tradición o en las escrituras, adquiere un estado de total (vashikara)
ausencia de deseo llamado no-apego (vairagya). La indiferencia hacia los elementos sutiles,
principios constituyentes o cualidades propiamente tales (gunas), lograda gracias al conocimiento
de la naturaleza de la consciencia pura (purusha), se llama no-apego supremo (paravairagya).
Tipos de concentración (1.17 -1.18)
La absorción profunda de la atención en un objeto es de cuatro clases: 1) burda (vitarka), 2) sutil
(vichara), 3) acompañada de gozo (ananda), y 4) con consciencia de la individualidad o
personalidad individual (asmita), llamada samprajnata Samadhi. La otra clase de Samadhi es el
asamprajnata Samadhi, que carece de objeto en el que absorber la atención, donde sólo
permanecen las impresiones latentes; este estado se logra luego de una práctica constante,
consistente en permitir que todas las fluctuaciones burdas y sutiles de la mente retornen hacia el
campo del cual emergieron.
Tareas y compromiso (1.19 -1.22)
Algunos que ya han accedido a niveles superiores (videhas) o conocen la naturaleza no
manifiesta (prakritilayas) son impulsados a nacer en este mundo debido a sus impresiones
latentes remanentes de ignorancia, y alcanzan estos estados de samadhi por naturaleza. Otros
siguen un camino sistemático de cinco pasos que son: 1) certeza fiel en el camino, 2) dirigir la
energía hacia las prácticas, 3) tener presente el camino y el proceso de aquietar la mente de
manera reiterada, 4) entrenarse en la concentración profunda y 5) búsqueda del conocimiento
real, que es lo que permite lograr el samadhi más elevado (asamprajnata samadhi). Quienes
persisten en sus prácticas con intenso sentimiento y vigor y una firme convicción, adquieren
concentración y los frutos de las mismas más rápidamente que aquellos que lo hacen con
mediana o menor intensidad. Pero incluso aquellos que tienen tal compromiso y convicción
muestran diferencias en su progreso, ya que los métodos se pueden aplicar de manera lenta,
mediana y rápida, resultando de esto nueve niveles de práctica.
Vía directa a través del AUM (1.23 – 1.29)
Producto de un especial proceso de devoción y entrega o abandono en la fuente creativa de la
cual emergimos (ishvara pranidhana), el advenimiento de samadhi es inminente. Dicha fuente
creativa (ishvara) es una conciencia particular (purusha), que no se ve afectada por los coloridos
(kleshas), las acciones (karmas) o los resultados de las acciones que ocurren cuando las
impresiones latentes despiertan y las generan. En esa consciencia pura (ishvara) la semilla de la
omnisciencia ha alcanzado su máximo desarrollo, imposible de superar. Los maestros más
antiguos recibieron sus enseñanzas de esa consciencia (ishvara), dado que no está limitada por
las restricciones del tiempo. La palabra sagrada que designa esta fuente creativa es el sonido
OM, llamado pranava. Este sonido se recuerda con profundo sentimiento debido al significado de
lo que representa. Ese recordar acarrea la realización del Ser individual y remueve los obstáculos.
Obstáculos y soluciones (1.30 -1.32)
En el camino, es posible encontrar nueve tipos de distracciones consideradas obstáculos, que
son: la enfermedad física, la tendencia de la mente a no trabajar eficientemente, la duda o indecisión, negligencia en buscar los medios para conseguir samadhi, flojera de mente y cuerpo,
fracaso en regular el deseo por los objetos mundanos, pensamientos o presunciones incorrectas,
falla en lograr las etapas de la práctica, e inestabilidad en mantener un nivel de práctica ya
obtenido. A partir de estos obstáculos aparecen otras cuatro consecuencias que son: 1) dolor
mental o físico, 2) tristeza o abatimiento, 3) inquietud, desequilibrio o ansiedad, y 4)
irregularidades en la exhalación e inhalación en la respiración. Para prevenir o hacer frente a
estos nueve obstáculos y sus cuatro consecuencias, la recomendación consiste en dirigir la
mente en una sola dirección, en entrenarla para que se enfoque en un único objeto o principio.
Estabilizar y despejar la mente (1.33 -1.39)
En cuanto a las relaciones, la mente se purifica cultivando sentimientos de amabilidad o simpatía
hacia quienes están felices, compasión hacia los que sufren, buena disposición hacia aquellos
que tienen virtudes, e indiferencia o neutralidad hacia quienes uno percibe como malvados o
malintencionados. La mente también se calma regulando la respiración, dando especial atención
a la exhalación y al aquietamiento de la respiración que se deriva de esta práctica. La
concentración interna en el proceso de la experiencia sensorial, practicada de modo que
conduzca a una percepción más sutil y elevada, también produce estabilidad y tranquilidad
mental. O concentrarse en un estado interno de lucidez y luminosidad en ausencia de dolor,
acarrea estabilidad y tranquilidad. O contemplar el hecho de tener una mente libre de deseos,
estabiliza y tranquiliza la mente. O al enfocarse en la naturaleza del contenido del estado de
soñar o en la naturaleza del dormir sin sueños, la mente se vuelve estable y tranquila. O
contemplando o concentrándose en cualquier objeto o principio que a uno le guste o hacia el que
tenga predisposición, la mente se hace estable y tranquila.
Resultados de estabilizar la mente (1.40 -1.51)
Cuando gracias a estas prácticas la mente desarrolla el poder de mantenerse estable, tanto en
relación al objeto más pequeño como al más grande, puede realmente decirse que ella se halla
bajo control. Cuando las modificaciones de la mente se han debilitado, esta última se vuelve
como un cristal transparente, y puede fácilmente adquirir las cualidades de cualquier objeto
observado, ya sea éste el observador mismo, los medios a través de los que se observa o un
objeto dado, en un proceso de absorción llamado samapatti.
Uno de los tipos de absorción (samapatti) es aquel en el que se juntan tres cosas, una palabra o
nombre que denomina un objeto, el significado o identidad de tal objeto y el conocimiento
asociado a ese objeto; esta absorción se conoce como savitarka samapatti (asociada a objetos
densos). Cuando la memoria o depósito de las modificaciones de la mente se purifica, ésta
pareciera carecer de su propia naturaleza, y sólo el objeto que se contempla se destaca en
primer plano; este tipo de absorción se conoce como nirvitarka samapatti. Tal como estos tipos
de absorción se producen con objetos densos o concretos, lo mismo ocurre respecto a objetos
sutiles; a estos se les llama savichara y nirvichara samapatti. La gama de dichos objetos sutiles
se extiende hasta prakriti no manifestada.
Estas cuatro variedades de absorción son las únicas clases de concentración (samadhi) que son
objetivas y tienen la semilla de un objeto. A medida que se adquiere la destreza de mantener un
flujo sin interferencias en nirvichara, se desarrolla una pureza y luminosidad del instrumento
interno de la mente. El conocimiento experimental que se gana en ese estado se relaciona con la
sabiduría esencial y está repleto de la verdad. Ese conocimiento difiere del que está asociado a
un testimonio o deducción, dado que se refiere a las características específicas del objeto más
que a las palabras u otros conceptos. Este tipo de conocimiento que rebosa verdad crea
impresiones latentes en el campo mental, las cuales tienden a reducir la formación de otras
formas de impresiones latentes habituales menos útiles. Cuando incluso estas impresiones
latentes llenas de conocimiento de la verdad se retiran junto con las otras impresiones, se accede
a la concentración sin objeto.
Swami Jnaneshvara Bharati |
Capítulo 2: Práctica (Sadhana Pada)
Minimizar los coloridos más densos (2.1 -2.9)
El Yoga en tanto acción (kriya yoga) tiene tres partes: 1) entrenar y purificar los sentidos (tapas),
2) estudio de sí mismo en el contexto de las enseñanzas (svadhyaya) y 3) devoción y entrega o
abandono en la fuente creativa de la cual emergimos (ishvara pranidhana). Ese Yoga de la
acción (kriya yoga) se practica para dar lugar a samadhi y minimizar los patrones de pensamiento
coloreados (kleshas).
Hay cinco tipos de coloridos (kleshas): 1) olvido o ignorancia respecto a la verdadera naturaleza
de las cosas (avidya), 2) el yo, la individualidad o egoísmo (asmita), 3) apego o adicción a las
impresiones mentales o a los objetos (raga), aversión a los patrones de pensamiento o a los
objetos (dvesha), y 5) amor a éstos como si fueran la vida misma, y miedo a perderlos como si
fueran la muerte.
El olvido fundamental o la ignorancia de la naturaleza de las cosas (avidya) es el terreno de
cultivo para el resto de los otros coloridos (kleshas), cada uno de los cuales se halla en uno de
cuatro estados: 1) dormido o inactivo, 2) atenuado o debilitado, 3) interrumpido o separado
momentáneamente o 4) activo o produciendo pensamientos y acciones de distinto grado.
La ignorancia (avidya) es de cuatro tipos: 1) considerar lo que es transitorio como eterno, 2)
confundir lo impuro con lo puro, 3) creer que lo que acarrea miseria trae felicidad, y 4) estimar lo
que es el no ser como si fuera el ser.
El colorido (klesha) del yo o egoísmo (asmita) que surge de la ignorancia se debe al error de
considerar el intelecto (buddhi, que conoce, decide, juzga y discrimina) como si fuera consciencia
pura (purusha). El apego (raga) es una modificación diferente de la mente, que se da cuando
aparece el recuerdo del placer, y en la cual se asocian entre sí tres modificaciones, el apego, el
placer y el recuerdo del objeto. La aversión (dvesha) es una modificación que resulta de
relacionar el sufrimiento con algún recuerdo, siendo las tres modificaciones asociadas en este
caso el rechazo, el dolor y el recuerdo del objeto o la experiencia. Incluso quienes conocen de
estas cosas tienen un amor permanente y arraigado hacia la continuación de estas
modificaciones coloreadas (kleshas), y a la vez miedo de su desaparición o muerte.
Abordaje de los pensamientos sutiles (2.10 -2.11)
Cuando los cinco tipos de coloridos (kleshas) se hallan en su forma sutil, meramente en potencia,
éstos se destruyen por medio de su desaparición o cesación en el campo mental y del campo
mental mismo. Cuando las modificaciones aún tienen cierto colorido (klishta), ellas se llevan al
estado potencial a través de la meditación (dhyana).
Romper la alianza o asociación con el karma (2.12 -2.25)
Las impresiones latentes que están coloreadas (karmashaya) son el resultado de acciones
(karmas) que fueron provocadas por los coloridos (kleshas), y se activan y experimentan en la
vida presente o en una futura. Mientras esos coloridos (kleshas) permanecen arraigados se
producen tres consecuencias: 1) nacimiento, 2) lapso de vida y 3) experiencias en esa vida.
Estos tres, dado que las impresiones coloreadas tienen la característica de ser méritos o
deméritos, pueden experimentarse en términos de placer o dolor.
Una persona sabia, que discrimina, considera todas las experiencias mundanas como dolorosas,
porque deduce que todas ellas llevan a más consecuencias, ansiedad y hábitos profundos
(samskaras), como también que las cualidades naturales actúan opuestamente entre sí. Debido a
que las experiencias mundanas se aprecian como dolorosas, es el dolor que está por venir el que
es posible evitar y desechar. La causa o conexión que se ha de evitar es la unión entre el que ve
(el sujeto o el que experimenta) y lo visto (el objeto o lo que se experimenta). Los objetos (lo que
se puede conocer) según su naturaleza son 1) de iluminación o percepción, 2) de actividad o mutabilidad, o 3) de inercia o estancamiento; ellos están hechos de los elementos y del poder de
los sentidos, y existen a fin de experimentar el mundo y para la liberación o iluminación.
Hay cuatro estados de los elementos (gunas) que son: 1) diversificado, especializado o
particularizado (vishesha), 2) no diversificado, no especializado o no particularizado (avishesha),
3) sólo como señalizador, fenoménicamente indiferenciado, sólo como indicio (linga-matra), y 4)
sin señalizador, nóumeno (suprasensible), sin indicio (alingani).
El Vidente es el poder de ver en sí, que aparenta ver o experimentar aquello que se le presenta
como un principio cognitivo.
La esencia o naturaleza de los objetos cognoscibles existe sólo en función de servir como campo
objetivo para la consciencia pura. Aunque los objetos cognoscibles dejan de existir en relación a
alguien que ha experimentado su verdadera naturaleza fundamental, sin forma, la apariencia de
esos objetos no se destruye ya que su existencia sigue siendo compartida por otros, que aún los
están observando en sus formas más burdas.
El medio necesario para que el Ser posteriormente pueda darse cuenta de la verdadera
naturaleza de los objetos, es que haya una alianza o relación entre los objetos y el Ser. Avidya o
la ignorancia (2.3 -2.5), la condición de ignorar, es la causa subyacente que permite que esta
alianza parezca existir. Cuando no hay avidya o ignorancia existe una ausencia de dicha alianza,
lo cual conduce al Vidente a la libertad conocida como estado de liberación o iluminación.
Razón para los 8 peldaños (2.26 -2.29)
El medio para liberarse de esta alianza o asociación es el conocimiento discriminativo claro,
definido, intacto. Quien ha logrado este grado de discriminación accede a siete tipos de insights o
comprensión de nivel supremo. Por medio de la práctica de los distintos pasos del Yoga, con los
cuales se eliminan las impurezas, emerge una claridad cuya culminación es la sabiduría
discriminativa, o iluminación. Los ocho peldaños, escalones o pasos del Yoga son: las reglas de
autorregulación o restricción (yamas), cumplimiento o prácticas de autoentrenamiento (niyamas),
posturas (asana), expansión de la respiración y el prana (pranayama), retracción de los sentidos
(pratyahara), concentración (dharana), meditación (dhyana), y concentración perfecta (samadhi).
Yamas & Niyamas, 1 y 2 de los 8 peldaños (2.30 -2.34)
El primero de los ocho pasos del Yoga, los cinco yamas o normas de autorregulación o
restricción, son: no herir o no dañar (ahimsa), veracidad (satya), abstenerse de robar (asteya),
mantenerse constantemente consciente de la realidad suprema (brahmacharya), y evitar la
posesividad, la codicia, o adueñarse haciendo uso de los sentidos (aparigraha). Estos códigos de
comportamiento se convierten en un gran compromiso cuando se viven como reglas
generalizadas, en el sentido de abarcar irrestrictamente a todo ser viviente, en todo lugar, tiempo
o situación.
Limpieza y pureza de cuerpo y mente (shaucha), una actitud de contentamiento (santocha),
ascetismo o entrenamiento de los sentidos (tapas), estudio de uno mismo y reflexión en las
palabras sagradas (svadhyaya), y una actitud de abandono o entrega a la propia fuente
(ishvarapranidhana) son las observancias o prácticas de autoentrenamiento (niyamas), que
corresponden al segundo peldaño en la escalera del Yoga.
Cuando tanto las normas de autorregulación o restricción (yamas) como las observancias o
prácticas de autoentrenamiento (niyamas) se dejan de practicar debido a pensamientos
perversos, malsanos, conflictivos o anormales, uno debería cultivar principios o pensamientos
opuestos o en dirección contraria. Las acciones provenientes de estos pensamientos negativos
son realizadas por uno mismo directamente, inducidas por otros o aprobadas cuando otros las
ejecutan. Todas ellas pueden ser precedidas por o derivar de la rabia, la codicia o la ilusión, y ser
de grado leve, moderado o intenso. El pensamiento contrario o principio en sentido opuesto
recomendado en el sutra previo consiste en tener presente que tales pensamientos negativos y
esas acciones son motivo de interminable sufrimiento e ignorancia.
Beneficios de los Yamas y Niyamas (2.35 -2.45)
Cuando un Yogui consigue estar bien afianzado en no dañar (ahimsa), las personas que se le
acercan dejan de experimentar cualquier sentimiento de hostilidad de manera natural. Cuando se
logra la veracidad (satya), los frutos de las acciones del Yogui resultan espontáneamente de
acuerdo a su voluntad. Cuando se establece la práctica de no robar (asteya), todas las joyas o
tesoros se hacen presentes de por sí, o están a la disposición del Yogui. Cuando el mantenerse
constantemente consciente de la realidad suprema (brahmacharya) se establece firmemente, se
adquiere una gran fuerza, capacidad o vitalidad (virya). Cuando alguien es inquebrantable
respecto a evitar la posesividad, la codicia, o adueñarse haciendo uso de los sentidos
(aparigraha), emerge el conocimiento del por qué de las encarnaciones pasadas y futuras.
A través de la limpieza y pureza del cuerpo y la mente (shausha) se desarrolla una actitud de
distanciamiento o desinterés hacia el propio cuerpo, y se reduce la inclinación a contactar el
cuerpo de otros. Con la limpieza y pureza del cuerpo y la mente (shausha) se logra además una
purificación de la esencia mental sutil (sattva), un sentimiento de agrado, bondad, felicidad, el
enfoque absorto en una sola dirección, la conquista o maestría sobre los sentidos, y una aptitud,
calificación o capacidad para la Auto-Realización. A partir de la actitud de contento (santosha) se
obtiene una felicidad insuperable, bienestar mental, gozo y satisfacción. A través del ascetismo o
entrenamiento de los sentidos (tapas) se produce la destrucción de las impurezas mentales y una
consiguiente maestría o perfección respecto al cuerpo y a los órganos mentales de los sentidos y
las acciones (indriyas). Del estudio de uno mismo y la reflexión en las palabras sagradas
(svadhyaya) se consigue contacto, comunión o armonización con la realidad o fuerza natural
subyacente. Desde la actitud de abandono o entrega a nuestra propia fuente (ishvarapranidhana)
se logra el estado perfecto de concentración (samadhi).
Asana, 3 de los 8 peldaños (2.46 -2.48)
La postura (asana) para la meditación Yoga, -el tercero de los ocho pasos del Yoga-, debería ser
firme, estable e inmóvil, y además cómoda. Las formas de perfeccionar la postura consisten en
relajar o reducir el esfuerzo, y dejar que la atención se fusione con lo infinito. El logro de la
postura perfecta genera una libertad invulnerable y sin obstáculos frente al sufrimiento debido a
los pares de opuestos (como calor y frío, bueno y malo, dolor y placer).
Pranayama, 4 de los 8 peldaños (2.49 -2.53)
Luego de conseguir la postura perfecta, se practica el control de la respiración y expansión del
prana (pranayama), consistente en enlentecer o frenar la fuerza con que se respira y los
movimientos incontrolados de la exhalación e inhalación. Esto lleva a una ausencia de
consciencia de la respiración, y es el cuarto de los ocho pasos. Ese pranayama tiene tres
aspectos, el flujo externo o hacia el exterior (exhalación), el flujo interno o hacia el interior
(inhalación), y un tercero que es la ausencia de ambos durante la transición entre los dos,
conocido como inmovilidad, retención o suspensión. Estos tres aspectos se regulan según lugar,
tiempo o duración y número, con lo cual la respiración se hace lenta y sutil. El cuarto pranayama
es ese prana continuo que sobrepasa, está más allá o está detrás de los otros que funcionan en
los niveles o campos externos e internos. Por medio de este pranayama, el velo de karmasheya
(2.12) que cubre la luz o iluminación interna, se adelgaza, disminuye y se desvanece. Gracias a
estas prácticas y procesos de pranayama, el cuarto de los ocho pasos, la mente adquiere o
desarrolla la aptitud, calificación o capacidad para la verdadera concentración (dharana), que es
el sexto de los ocho pasos.
Pratyahara, 5 de los 8 peldaños (2.54 -2.55)
Cuando los órganos mentales de los sentidos y las acciones (indriyas) dejan de involucrase con
los correspondientes objetos en su nivel mental, y se reincorporan o retornan al campo mental
del que emergieron, se habla de pratyahara y es el quinto paso. Debido a esa interiorización de los órganos de los sentidos y acciones (indriyas) también se accede a una suprema capacidad,
manejo o dominio sobre esos sentidos, que habitualmente tienen la tendencia a exteriorizarse en
dirección a esos objetos.
Fuente: texto original de Swami Jnaneshvara Bharati. Traducción al español de Zulema Higueras.
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