lunes, 4 de septiembre de 2017

LOS YOGA SUTRAS DE PATANJALI EN ESTILO NARRATIVO por Swami Jnaneshvara Bharati - parte 2

Capítulo 3: Experiencias (Vibhuti Pada) 

Dharana, Dhyana & Samadhi, 6, 7 y 8 de los 8 peldaños (3.1 -3.3) 
Concentración (dharana) es el proceso de mantener o fijar la atención mental en un objeto o lugar, siendo el sexto de los ocho pasos. La mantención continua sobre ese punto único de enfoque o su flujo ininterrumpido se llama absorción en meditación (dhyana), y es el séptimo de los ocho pasos. Cuando sólo la esencia de ese objeto, lugar o punto se destaca en la mente, como desprovista incluso de su propia forma, tal estado de absorción profunda se llama concentración profunda o samadhi, el octavo paso. 

Samyama es la herramienta más refinada (3.4 -3.6) 
Cuando los tres procesos de dharana, dhyana y samadhi se dan juntos en relación al mismo objeto, lugar o punto, a eso se le llama samyama. Cuando ese proceso triple de samyama se domina, la luz del conocimiento, el insight trascendental o la consciencia superior (prajna) amanece, ilumina, destella o se hace visible. Este proceso triple de samyama se va aplicando gradualmente a planos, estados o etapas de la práctica cada vez más sutiles. 

Lo interno se aprecia como externo (3.7 -3.8) 
Estas tres prácticas de concentración (dharana), meditación (dhyana) y samadhi son más íntimas o internas que las cinco prácticas previas. Sin embargo son externas y no íntimas comparadas con nirbija samadhi, que es samadhi sin objeto, sin ni siquiera un objeto semilla en el cual concentrarse. 

Observar las transiciones sutiles (3.9 -3.16) 
Ese elevado nivel de maestría llamado nirodhah-parinamah sucede en el momento en que se da una convergencia entre la tendencia de las impresiones profundas a emerger, su tendencia a remitir, y la atención del campo mental propiamente tal. El flujo continuo de este estado (nirodhah-parinamah) sigue gracias a la creación de impresiones profundas (samskaras) al hacer la práctica. La maestría llamada samadhi-parinamah es la transición gracias a la cual la tendencia a focalizarse en múltiples direcciones decrece, para dar lugar a la tendencia a la concentración en un solo sentido. La maestría llamada ekagrata-parinamah es la transición en la que la misma focalización en un solo sentido aparece y declina secuencialmente. 

Estos tres procesos de transición también explican las tres transformaciones relativas a la forma, tiempo y características, y cómo éstas se relacionan a los elementos materiales y a los sentidos. Existe un existencia o sustrato indescriptible, no manifiesto, que es común o está contenido dentro de todas las otras formas o cualidades. El cambio en la secuencia de las características es lo que causa las diferentes apariencias en los resultados, consecuencias o efectos. Por medio de samyama en los cambios de forma, tiempo y características se consigue el conocimiento del pasado y el futuro. 

Experiencias provenientes de Samyama (3.17 -3.37) 
El nombre asociado a un objeto, el objeto mismo que ese nombre representa y la existencia conceptual del objeto, en general se interrelacionan o entremezclan entre sí. Haciendo samyama respecto a la distinción entre estos tres, se conoce el significado de los sonidos emitidos por todos los seres. 

Por medio de la percepción directa de las impresiones latentes (samskaras) se accede al conocimiento de las encarnaciones previas. 

A través de samyama en relación a las nociones o ideas que se nos transmiten se desarrolla el conocimiento de la mente de otro. Pero el trasfondo o fuente de ese conocimiento (de la mente de otras personas, en 3.19) no es percibido o queda fuera del alcance. 

Cuando se hace samyama respecto a la forma de nuestro cuerpo físico se suspende la iluminación o las características visuales del mismo, y éste se vuelve invisible a otros. Y tal como se describe en relación a la visión (3.21), es posible interrumpir la capacidad del cuerpo de ser escuchado, tocado, gustado u olido. 

El karma es de dos clases, uno se manifiesta rápido y el otro lentamente. Por medio de samyama en esos karmas viene el conocimiento anticipado del momento de la muerte. Practicar samyama sobre la amabilidad o simpatía (y las otras actitudes de 1.33) acarrea una gran fuerza en relación a esa actitud. Si se practica samyama sobre la fuerza de los elefantes se adquiere una fuerza similar. 

Dirigiendo la luz interna proveniente de la percepción sensorial superior es factible obtener conocimiento de los objetos sutiles, de aquellos que están ocultos a la vista y de los que están muy lejos. 

Con samyama en el sol interno se puede tener el conocimiento de muchos reinos sutiles. 

Con samyama en la luna se puede acceder al conocimiento de la configuración de las estrellas internas. 

Con samyama en la estrella polar se puede conseguir el conocimiento del movimiento de esas estrellas. 

Con samyama en el centro del ombligo se puede tener conocimiento de la disposición de los sistemas del cuerpo. 

Con samyama en el hueco de la garganta se acaba el hambre y la sed. 

Con samyama en el canal (energético) de la tortuga, bajo el hueco de la garganta, se adquiere estabilidad. 

Con samyama en la luz coronal, en la cabeza, se puede ver a los siddhas, los maestros. 
O, por medio de la luz intuitiva del conocimiento superior, se puede conocer cualquier cosa. 

Practicando samyama en el corazón se accede al conocimiento de la mente. 

Las experiencias se producen a partir de una idea que se presenta, sólo cuando se combina el aspecto mental más sutil (sattva) con la consciencia pura (purusha), que en realidad son bastante diferentes. Samyama en la consciencia pura, distinta del aspecto mental más sutil, revela el conocimiento de esa consciencia pura. De la luz del elevado conocimiento de esa consciencia pura o purusha (3.36) surgen la audición, el tacto, la visión, el gusto y el olfato superiores, trascendentales o divinos. 

¿Qué hacer con las experiencias? (3.38) 
Todas estas experiencias provenientes de samyama son un obstáculo para samadhi, pero parecen logros o poderes a la mente mundana o que tiende hacia lo externo. 

Más sobre Samyama (3.39- 3.49) 
Cuando las causas de la esclavitud y el apego se debilitan o se sueltan, y usando del conocimiento de cómo avanzar por los pasadizos de la mente, se obtiene la capacidad de entrar en otro cuerpo. 

Con la maestría sobre udana, el prana vayu que fluye hacia arriba, deja de haber contacto con el barro, el agua, las espinas y otros objetos similares, cuya consecuencia es la elevación o levitación del cuerpo. 

Con la maestría sobre samana, el prana que fluye en el área del ombligo, se produce una brillantez, resplandor o fuego. 

Con samyama sobre la relación entre el espacio y la capacidad de escuchar se consigue el poder divino de escuchar. 

Con samyama en la relación entre el cuerpo y el espacio (akasha) y por concentración en la levedad del algodón, puede uno ser capaz de movilizarse en el espacio. 

Cuando los patrones de pensamiento sin forma de la mente se proyectan fuera del cuerpo, a eso se le llama maha-videha, un gran desencarnado. Haciendo samyama en esa proyección externa se remueve el velo que cubre la luz espiritual. 

Haciendo samyama en las cinco formas de los elementos (bhutas) que son la forma densa, la esencia, la sutileza, la interconectividad y su propósito, se logra la maestría sobre esos bhutas. A través de la maestría sobre los elementos se consigue la capacidad de hacer el cuerpo anatómicamente pequeño, perfecto e indestructible en sus características o componentes, y también otros poderes. Esta perfección del cuerpo incluye belleza, gracia, fuerza y una inquebrantable dureza para recibir golpes. Con samyama en el proceso de percepción y acción, la esencia, la individualidad, la conectividad, y el propósito de los sentidos y las acciones se accede a la maestría sobre dichos sentidos y acciones (indriyas). A través de esa maestría sobre los sentidos y las acciones (indriyas) se consigue rapidez mental, percepción con los instrumentos físicos de percepción y maestría sobre la causa primordial de la que toda manifestación emerge. 

La renunciación que lleva a la liberación (3.50 -3.52) 
Quien conoce perfectamente la distinción entre el aspecto más puro de la mente y la consciencia propiamente tal adquiere supremacía sobre todas las formas o estados de existencia, como también sobre todas las formas de conocimiento. Con no-apego o ausencia de deseo incluso respecto a dicha supremacía sobre las formas, estados de existencia y la omnisciencia (3.50), las semillas que son la raíz de esa esclavitud se destruyen y se logra la liberación total. 

Cuando uno es invitado por seres celestiales, no debería permitirse nada que haga que la mente acepte la oferta o esboce una sonrisa de orgullo por la invitación, porque dejar que esos pensamientos surjan puede crear de nuevo la posibilidad de repetir palabras y acciones indeseables. 

Discriminación superior a través de Samyama (3.53 -3.56) 
La práctica de samyama en relación a los momentos en el tiempo y su sucesión acarrea el conocimiento superior proveniente de la discriminación. Desde ese conocimiento discriminativo (3.53) uno puede darse cuenta de la diferencia o distinción entre dos objetos similares, que normalmente no es posible distinguir según categoría, características o posición en el espacio. Ese conocimiento superior es intuitivo y trascendente, y nace de la discriminación; incluye todos los objetos dentro de su campo, todas las condiciones relacionadas a esos objetos, y trasciende cualquier sucesión. Cuando se logra la igualdad entre el más puro aspecto del buddhi sátvico y la consciencia pura de purusha, se produce la liberación absoluta, ese es el final. 

Kriya Yoga - Ashtanga Yoga

Capítulo 4: Libertad Absoluta (Kaivalya Pada) 

Maneras de conseguir experiencias (4.1 -4.3) 
Los logros sutiles se traen al nacer o se consiguen por medio de hierbas, mantra, austeridad o concentración. La transición o transformación en otra forma o tipo de nacimiento ocurre gracias a un rellenado de su propia naturaleza. Causas o acciones casuales, fortuitas, no llevan a generar logros o realización, lo que se consigue más bien removiendo los obstáculos, de modo similar a cuando un agricultor retira una barrera (esclusa), lo que permitirá el regadío de su campo naturalmente. 

Uso avanzado de la mente (4.4 -4.6) 
Los campos mentales que van emergiendo brotan desde la individualidad del Yo (asmita). Si bien las actividades de los campos mentales emergentes pueden ser diversas, la mente única es la que dirige toda esa diversidad. De todos estos campos mentales, el que nace de la meditación está libre de cualquier impresión latente que pudiera producir karma. 

Acciones y Karma (4.7 -4.8) 
Las acciones de los yoguis no son ni blanco ni negro, mientras que las de otros son de tres clases. Estas acciones de tres tipos dan como resultado impresiones latentes (vasanas), que posteriormente emergerán dando frutos, directamente correspondientes a esas impresiones. 

Impresiones subconscientes (4.9 -4.12) 
Dado que los recuerdos (smriti) y los patrones de hábitos profundos (samskaras) son iguales en apariencia, existe una ininterrumpida continuidad en la manifestación de éstos, a pesar de que puede haber un intervalo en la ubicación, tiempo y estado de vida. No hay un comienzo en el proceso de estos patrones de hábitos profundos (samskaras) debido a la naturaleza eterna de la voluntad de vivir. Como las impresiones (4.10) se mantienen unidas por causa, motivo, sustrato y objeto, estos cuatro últimos desaparecen cuando las impresiones profundas lo hacen. El pasado y el futuro existen en la realidad presente, y aparecen como diferentes debido a tener diferentes características o formas. 

Los objetos y las 3 gunas (4.13 -4.14) 
Ya sea que estas características o formas siempre presentes sean manifiestas o sutiles, ellas están compuestas de los elementos primarios llamados las gunas, que son tres. Las características de un objeto dan la apariencia de una unidad, al manifestarse de modo uniforme a partir de los elementos subyacentes. 

La mente percibe los objetos (4.15 -4.17) 
Aunque los mismos objetos pueden ser percibidos por diferentes mentes, ellos se perciben de distintas formas porque esas mentes se manifiestan diferentemente. Sin embargo, el objeto mismo no depende de mente alguna, porque si así fuera, ¿qué le pasaría al objeto cuando no estuviera siendo experimentado por esa mente? Los objetos se conocen o no de acuerdo a la manera en que los coloridos de ese objeto inciden en los coloridos de la mente que los observa. 

Iluminación de la mente (4.18 -4.21) 
La consciencia pura siempre conoce las actividades de la mente, ya que es superior a, soporte de, y la que domina a esta última. Esta mente no es iluminada en sí misma, dado que es el objeto de conocimiento y percepción de la consciencia pura. Ni pueden la mente y el proceso de iluminación conocerse simultáneamente. Si una mente fuera iluminada por otra, que hiciera las veces de maestra, entonces habría una interminable y absurda progresión de cogniciones y también de confusión. 

Buddhi y liberación (4.22 -4.26) 
Cuando la consciencia inalterable parece adoptar la forma del aspecto más sutil de la mente (4.18), entonces es posible tener la experiencia del propio proceso de cognición. Por tanto, el campo mental que está coloreado por el que ve como por lo visto, tiene el potencial de percibir cualquier objeto y todos ellos. Ese campo mental, aunque está lleno de incontables impresiones, existe para beneficio de otra consciencia que observa, ya que el campo mental opera sólo en combinación con esas impresiones. Para alguien que ha experimentado la diferencia entre el que ve y la mente más sutil, las identidades falsas e incluso la curiosidad respecto a la naturaleza del propio ser se acaban. Entonces la mente se torna hacia la discriminación más elevada y gravita hacia la absoluta liberación entre el que ve y lo visto. 

Brechas en la iluminación (4.27 -4.28) 
Cuando se producen brechas o interrupciones en esa elevada discriminación, otras impresiones emergen desde el inconsciente profundo. La remoción de esos patrones de pensamiento interferentes se realiza a través de los mismos medios con los cuales se removieron los coloridos inicialmente. 

Iluminación permanente (4.29 -4.30) 
Cuando yo no existe ningún interés, ni siquiera en la omnisciencia, esa discriminación permite el samadhi, que trae una abundancia de virtudes, tal como las nubes traen lluvia. Después de ese dharma-meghah-samadhi, los coloridos de los kleshas y los karmas son removidos. 

Queda casi nada por conocer (4.31) 
Entonces, al eliminar esos velos de imperfección, se hace presente la experiencia del infinito, y la realización de que queda casi nada por conocer. 

Las gunas después de la liberación (4.32 -4.34) 
También como producto de ese dharma-meghah-samadhi (4.29), los tres elementos primarios o gunas (4.13 -4.14) habrán cumplido su propósito, y dejando de experimentar su sucesiva transformación retornan de vuelta a su esencia. El proceso secuencial de momentos e impresiones equivale a los momentos de tiempo, lo cual se comprende en el punto final de la secuencia. Cuando esos elementos primarios involucionan o se resuelven, regresando a aquello de lo cual emergieron originalmente, ocurre la liberación, y el poder de la consciencia pura se establece en su verdadera naturaleza.


Fuente: texto original de Swami Jnaneshvara Bharati. Traducción al español de Zulema Higueras.

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